martes, 6 de septiembre de 2011

Eres una adicción.


Pero no como el chocolate, los caramelos, las patatas fritas... No. Eres tóxico. Eres veneno. Pero soy adicta a ti. ¿Por qué? No le busques explicación. Simplemente disfrutemos.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Juguemos.

Juguemos a ser niños de nuevo. Encontrarnos con alguien y que pase ésto:
- Hola. ¿Cómo te llamas?
+ X. ¿Y tú?
- Yo Z.
+ ¿Juegas conmigo?
- ¡Vale!
¿No lo echáis de menos? Porque yo sí. Ahora, dependiendo de tus gustos musicales y de tu forma de vestir, eres juzgado sin que la gente te conozca. La vida va más allá de eso. ¿No lo veis? Malgastáis el tiempo pensando que una persona es, según vosotros, idiota, sólo porque le gusta un tipo diferente de música. ¿Se puede saber dónde tenéis la puñetera cabeza? ¿Metida en el váter? Porque lo parece, desde luego. Aprended a ser niños otra vez e intentar hacer todos los amigos posibles. Los prejuicios guardadlos para cuando de verdad tengáis argumentos contra alguien.
No sé vosotros, pero yo no pienso crecer.

Día a día.

Siempre lo mismo... deberíamos cambiar, ¿no? Un planeta que cada día fuera totalmente diferente, que sus habitantes cambiaran el idioma, las costumbres, el aspecto... Los pobres podrían pasar a ser ricos, los anónimos a ser conocidos, la gente normal a ser querida en todo el mundo. Pero claro, todo esto también podría ser al revés. Aún así, ¿no sería estupendo? La vida no sería tan monótona. Los niños podrían pasar a ser ancianos, al día siguiente adolescentes, después bebés y luego adultos.
Pero claro, hay un problema, ¿y la gente a la que quisiéramos? También cambiaría de un día para otro, y a veces es bueno conservar lo que tienes.

Dulce.

¿A qué saben las nubes? Yo creo que son como el algodón de azúcar. Algún día pasaré la lengua por ellas y se desharán, porque son frágiles y ricas como los caramelos. ¿Queréis venir a probarlas conmigo? ¡Seamos niños pequeños otra vez! ¡Juguemos a poder volar sobre las nubes! Mmm, dulce, ¡dulce como las gominolas!
Además, detrás de ellas siempre se esconde el sol, ¿sabéis por qué? Quiere jugar con nosotros al escondite. Pero nosotros le ganaremos, porque somos más listos que él.

¿Morir?

Disfruta de los diminutos placeres de la vida a cada instante, porque no estarás en este mundo eternamente. Ni tú ni nadie. Nadie puede saber qué habrá después de haber cerrado los ojos para siempre. Puede que nos reencarnemos, puede que terminemos siendo un ser inerte, sin vida alguna en nuestro interior. Pero yo me pregunto, ¿y nuestra alma? ¿También puede morir?